El mundo está en vilo viendo como la guerra entre Israel e Irán y el conflicto en medio oriente está escalando preocupantemente. Tras los recientes bombardeos estadounidenses en Irán, la situación podría cambiar muy rápidamente. La duda de una escalada mayor genera mucha incertidumbre sobre un colapso abrupto de los mercados.

Hasta ahora, el oro y el bitcoin se comportan como valores refugio efectivos. Mientras los inversores profesionales adoptan una estrategia contraria frente a las emociones del mercado. Los mercados están “desafiando” la guerra, el NASDAQ y el S&P 500 alcanzan niveles récord mientras los bombardeos se intensifican en Oriente Medio.

Se puede decir que la reacción contra intuitiva tiene explicación en la fuerte creencia de los inversores de que el conflicto será de corta duración. Todo pareciera indicar que el conflicto ya ha pasado su peor fase. Muchos apuntan ya a la “Guerra de los 12 días” para referirse el conflicto. Un “alto al fuego” o mejor dicho “una pausa” podría indicar que el conflicto se está “enfriando”

Revisando las posturas de muchos analistas políticos, encontramos que las negociaciones diplomáticas podrían desactivar rápidamente la crisis. Si esto es así, los mercados podrían estabilizarse. La historia geopolítica reciente indica que existe una tendencia a la resolución rápida de los conflictos o a una mitigación del impacto económico. Así ha sucedido con la guerra entre Rusia o Ucrania, aunque la guerra aún continúa, su impacto macroeconómico es muy leve o ínfimo.  

¿Cómo impacta la guerra en los mercados?

Lo primero que tenemos que tomar en cuenta es la variabilidad en los precios de los hidrocarburos. El petróleo OPEP se ubicó a 68,71 $, perdiendo 7,48 $ en las últimas 24 horas y 9,82% en 48 horas. Mientras que el precio del barril Brent hoy es de 66,69 dólares. La tendencia es que pierden entre un 4% y 5% tras la escalada inicial del conflicto. Los ataques de Estado Unidos a Irán hicieron subir levemente los precios. 

Para los analistas financieros, el ataque estadounidense contra las instalaciones nucleares iraníes “no han desencadenado el colapso económico”. Recordemos que Irán representa solo entre el 3 y el 4 % de la producción petrolera mundial. Lo que sí se temía era la decisión de cerrar el estrecho de Ormuz, algo que sí habría sido perjudicial para el comercio energético global. Irán importa a China el tercio de su producción petrolera. 

Trump limitó voluntariamente sus ataques a las instalaciones nucleares. Sin embargo, en la noche del lunes anunciaba el fin del conflicto y un alto al fuego, pero todo quedo en mensajes a través de su red social y de X. El martes por la mañana se conocía que tanto Irán como Israel se habían lazado misiles mutuamente rompiendo el alto al fuego

“¡Necesitan calmarse ya!, no estoy muy contento con Israel, estoy muy descontento, aunque tampoco estoy contento con Irán. Tenemos a dos países que han estado peleando durante tanto tiempo y tan duro que ya no saben qué coño están haciendo”, exclamó Trump antes de emprender viaje a La Haya para participar en la cumbre de la OTAN.

Por otro lado, la opinión pública estadounidense sigue vehementemente opuesta a una guerra con Irán. Una de las promesas de Trump durante su campaña fue no interferir o ir a guerras innecesarias y sus seguidores le han tomado la palabra, es por ello que la Casa Blanca ha optado por tomar una estrategia minimalista. Una restricción política garantiza que la escalada permanecerá limitada y por ende esta estrategia preserva la estabilidad económica mundial.

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¿Qué están pensando los inversores? 

La psicología de los inversores puede clasificarse en algunos entran pánico por el conflicto, los más aficionados, mientras que los profesionales compran y los fuertes institucionales compran. Cuando la euforia dominan muchos optan por vender

Algunos pueden llevarse por la información que emiten los medios, de los cuales muchos suelen ser bastante catastrofistas. La estrategia editorial de los medios más importantes del mundo estaría apuntando al miedo y la inacción económica. Para muchos analistas, los canales con más audiencia son aquellos que anuncian constantemente el fin del mundo.

Psicológicamente, la manipulación emocional impide una toma de decisiones racional. Y esto estaría ocurriendo con el bombardeo mediático que apuesta a una catástrofe mundial. Un escenario pesimista empuja a los inversores novatos a permanecer paralizados. Limitándolos incluso de aprovechar las oportunidades.

Para los inversores más experimentados funciona más el desapego emocional. Esto sería el arma principal ante las complicaciones del mercado consecuentes de una geopolítica convulsa. Observar los hechos en lugar de sufrir por las opiniones sería el antídoto perfecto para el pánico. Además, lo correcto sería analizar detenidamente las tendencias en lugar de escuchar predicciones desenfrenadas. 

¿Ante qué escenario estamos en el mercado?

Para los analistas estamos en un momento de “alta volatilidad” o “volatilidad extremadamente alta”, que además podría prolongarse por varios años más. Hay dos escenarios que se van delineando conforme avanza el 2025. Uno apunta hacia un “mercado loco” surfeando las olas de una inflación galopante y otro, que según muchos analistas podría ocurrir pronto, apuntaría a un desplome peor que en 2008.

El oro y el Bitcoin seguirán siendo valores refugio efectivos y la adopción criptográfica institucional podría ser clave para el avance del mercado en los próximos años. Las tendencias técnicas siguen siendo alcistas a pesar de la inestabilidad geopolítica.

También es importante señalar que los mercados financieros evolucionan según su propia lógica. Esto quiere decir que, independientemente de las emociones humanas e incluso de la guerra o las crisis geopolíticas, los mercados, en especial el criptográfico, podrían mantener su tendencia alcista. 

Para los analistas será muy relevante en los próximos años la diversificación estratégica y el desapego emocional de los inversores. Estos factores combinados permiten transformar cada crisis en una oportunidad de enriquecimiento sostenible

Por último, nos encontramos posturas institucionales como las de Goldman Sachs. Esta institución financiera está promoviendo el “concepto TINA (There Is No Alternative)”, que se refiere a la compra de acciones pese a cualquier situación geopolítica. Esta recomendación más que un concepto se produce tras sus recientes predicciones de “década perdida”. Lo cierto es que los próximos años serán inciertos desde el punto de vista económico. Bitcoin apunta a convertirse en el valor refugio de la década.