Lo más relevante:

  • Autoridades Federales de Estados Unidos han acusado a Ramil Ventura Palafox de ser el cabecilla de la trama fraudulenta “Textbook Ponzi”. Bajo la fachada de la empresa Praetorian Group International logró defraudar a inversores por más de $200 millones, prometiendo rendimientos diarios de hasta un 3%. Se estima que las pérdidas ascienden a al menos $62.7 millones, una cantidad que, según los reportes, fue gastada en bienes y propiedades de lujo.
  • La SEC y el FBI califican a este esquema como un ejemplo de que el problema no radica en la tecnología subyacente, sino en el comportamiento fraudulento. El caso subraya la necesidad de una mayor vigilancia y regulación en el ecosistema cripto para proteger a los inversores de esquemas Ponzi y otras estafas.

Ramil Ventura Palafox se declara culpable por el caso “Textbook Ponzi”

El presidente y director ejecutivo de Praetorian Group International, Ramil Ventura Palafox, se declaró culpable esta semana en un tribunal federal de Virginia por cargos de fraude electrónico y lavado de activos. La admisión de culpabilidad culmina una investigación clave sobre estafas con criptomonedas que apuntó mayoritariamente a inversores internacionales.

Palafox, un ejecutivo de 60 años con ciudadanía estadounidense y filipina, operaba como el principal promotor y director general de la entidad. Desde su posición de liderazgo, orquestó un esquema Ponzi multimillonario centrado en Bitcoin, que según documentos judiciales defraudó a más de 90.000 víctimas. El Departamento de Justicia de Estados Unidos. Se estima que el fraude generó aproximadamente $200 millones en ingresos ilícitos, con pérdidas de los inversores que superan los $ 62 millones.

EL CASO 

De acuerdo con documentos presentados ante el tribunal, Ramil Ventura Palafox, era el propietario y operador de Praetorian Group International (PGI), fungiendo como su presidente, director ejecutivo y principal promotor. 

Palafox realizó afirmaciones falsas sobre las operaciones de la empresa, asegurando que PGI se dedicaba al trading de Bitcoin y garantizando rendimientos diarios de entre 0.5% y 3%. No obstante, la firma no ejecutaba operaciones con criptomonedas a una escala capaz de generar dichos retornos. En su lugar, Palafox utilizaba el dinero de nuevos inversores para reembolsar a los anteriores, en un modelo clásico de esquema Ponzi.

Durante el período comprendido entre diciembre de 2019 y octubre de 2021, más de 90.000 inversores a nivel global inyectaron más de $201 millones en PGI. Esta cantidad incluyó al menos $30.2 millones en moneda fiduciaria y 8.198 Bitcoins, con un valor aproximado de $171.5 millones en ese momento. Como resultado directo de las acciones fraudulentas, las víctimas experimentaron pérdidas financieras que ascendieron a, al menos, $62.6 millones.

Para sostener la ilusión de rentabilidad, Palafox desarrolló un portal web exclusivo donde los inversores podían monitorear el desempeño de sus supuestas inversiones. Entre 2020 y 2021, este sistema fue manipulado de manera sistemática para mostrar ganancias falsas. Creando la percepción errónea de que las inversiones eran tanto rentables como seguras, lo que incentivó nuevas aportaciones.

Palafox desvió los fondos de los inversores:

Los fondos de los inversores fueron desviados hacia gastos suntuosos que combinaban el beneficio personal con la promoción del esquema fraudulento. Palafox adquirió 20 vehículos de lujo por un valor aproximado de $3 millones, entre los que se incluían marcas como Porsche, Lamborghini, McLaren, Ferrari, BMW y Bentley. 

Asimismo, destinó alrededor de $329.000 a suites de lujo en una exclusiva cadena hotelera y compró cuatro propiedades en Las Vegas y Los Ángeles valuadas en más de $6 millones. Otros $3 millones se gastaron en artículos de alta gama, incluyendo ropa, relojes, joyería y enseres domésticos de marcas como Louboutin, Neiman Marcus, Gucci, Versace, Ferragamo, Valentino, Cartier, Rolex y Hermès. Además, transfirió al menos $800.000 en efectivo, más 100 Bitcoins adicionales, valorados en aproximadamente $3.3 millones en ese momento,  a un familiar directo.

Culpable por fraude multimillonario

El director ejecutivo de Praetorian Group International, Ramil Ventura Palafox, admitió su culpabilidad esta semana en un tribunal de Virginia por cargos de fraude electrónico y lavado de dinero. Palafox ha sido identificado como CEO y principal promotor de la empresa. El mismo supervisó directamente la ejecución del esquema Ponzi de Bitcoin.

De acuerdo con lo anunciado por el fiscal que lleva el caso, Palafox defraudó a más de 90.000 inversores, causando pérdidas multimillonarias. En el sitio web del Department of Justice, del Distrito Este de Virginia, se puede leer el comunicado sobre este caso. 

El modelo de negocio prometía rendimientos diarios que nunca llegaron a los inversores. Los cuales fueron atraídos mediante un supuesto programa de trading de Bitcoin que, en realidad, nunca operó a la escala necesaria.

La plataforma en línea de PGI desempeñó un papel crucial en el engaño, mostrando a los inversores saldos inflados y ganancias ficticias que reforzaban la apariencia de seguridad y rentabilidad. La fiscalía destacó que este portal fue instrumental para mantener la ilusión del esquema hasta que el aumento de solicitudes de retiro expuso su insostenibilidad.

“Praetorian es un esquema Ponzi de manual, estructurado como un modelo de marketing multinivel, con promesas de retornos irreales a través de supuestas estrategias de arbitraje de Bitcoin con inteligencia artificial. Financiadas exclusivamente con el capital de nuevos inversores”, declaró Dan Dadybayo, líder de investigación y estrategia en Unstoppable Wallet. 

El proceso judicial continúa

El ejecutivo de Praetorian Group International, Ramil Ventura Palafox, enfrenta una sentencia programada para el 10 de febrero de 2026, tras declararse culpable de múltiples cargos federales. El acusado se expone a una pena máxima de hasta 40 años de prisión. Aunque las condenas por delitos financieros federales suelen situarse por debajo de ese límite legal. Como parte fundamental del acuerdo de culpabilidad, Palafox aceptó el pago de una restitución financiera por un monto total de $62.692.007 dirigida a compensar a las víctimas.

La sentencia definitiva será determinada por un juez federal de distrito, quien evaluará el caso con base en las Directrices de Sentencia de los Estados Unidos y otros factores estatutarios relevantes. Esto incluye la gravedad del esquema fraudulento, el número de afectados y la colaboración del acusado con las autoridades.

El proceso legal está a cargo de los fiscales federales adjuntos Jack Morgan, Zoe Bedell y Annie Zanobini. El anuncio de la declaración de culpabilidad fue realizado de manera conjunta por Erik S. Siebert, Fiscal Federal para el Distrito Este de Virginia; Reid Davis, Agente Especial a Cargo de la División Criminal de la Oficina de Campo del FBI en Washington. También se incluyó a Kareem A. Carter, Agente Especial del Servicio de Impuestos Internos (IRS) de la Oficina de Campo de Washington D.C. La validación de la declaración de culpabilidad fue formalizada por la Jueza de Distrito de los EE.UU., Leonie M. Brinkema.

Textbook Ponzi siguió el patrón de otros esquemas fraudulentos

De acuerdo con el análisis de Dan Dadybayo, Praetorian Group International empleaba un modelo de marketing multinivel (MLM). En el que los participantes obtenían beneficios tanto por la venta de servicios como por el reclutamiento de nuevos miembros. Esto se alinea con el patrón operativo de esquemas piramidales notorios en el ecosistema cripto, como BitConnect, PlusToken y OneCoin. No obstante, a diferencia del colapso de plataformas de mayor escala como FTX o Mt. Gox, el impacto sistémico del caso Praetorian será limitado y no altera estructuralmente el mercado.

“Este caso no dejará una huella imborrable en la industria”, señaló Dadybayo. “Si bien puede incrementar el escepticismo general alrededor de estrategias de inversión basadas en arbitraje, para los actores regulados representa, en cierta forma, una oportunidad de marketing. Pueden utilizar sus inversiones en cumplimiento normativo (compliance) como prueba de su legitimidad y seguridad”.

El experto añadió que la proliferación de este tipo de fraudes responde a dos factores clave: la naturaleza universal de la codicia y la limitada capacidad de los reguladores para perseguir todas las operaciones ilícitas. “Siguen surgiendo porque la demanda de rendimientos irreales siempre existirá, y las agencias no tienen recursos suficientes para actuar contra todos los esquemas”, explicó. 

Dadybayo concluyó con una reflexión dirigida a las autoridades: “La lección central para los reguladores es que el foco debe estar en el comportamiento fraudulento, no en la tecnología subyacente. En lugar de depender exclusivamente de la expansión de requisitos de KYC/AML, conocimiento del cliente y prevención de lavado de activos. Un enfoque más efectivo combinaría la educación financiera, la divulgación de señales de alerta y una mayor cooperación internacional”.