China ha dado el salto definitivo a la prohibición total de las criptomonedas. En un anuncio reciente han lanzado su nuevo ataque contra el ecosistema cripto un paso más allá después de expulsar a los mineros y vetado a los exchange. Ahora, no contentos con suprimir toda posibilidad de uso de cripto, han decidido prohibir la simple tenencia personal de criptomonedas. 

A partir del 30 de mayo se prohíbe en todo el territorio chino y cualquier ciudadano poseer Bitcoin. Incluso califican de “criminal” la tenencia de BTC y otras criptomonedas. Este nuevo paso no sólo endurece la regulación, sino que criminaliza la industria. Sin embargo, la paradoja del gigante asiático está en su doble cara con respecto al mercado cripto. China prohíbe la tenencia, aún siendo el segundo mayor tenedor de Bitcoin del mundo, con 194.000 BTC en sus arcas estatales.

Esta nueva medida criminaliza internamente la tenencia doméstica, a pesar de que diversos empresarios chinos siguen dominando el ecosistema cripto global desde el exilio. Como sabemos, no es la primera vez que Beijing muestra su hostilidad hacia todo lo que tenga que ver con el entorno cripto

Desde el 2013 el Gobierno chino ha arremetido internamente contra el ecosistema cripto. Pero fue en 2017 cuando se hizo más dura la regulación al prohibir las ofertas iniciales de moneda o ICOs. Luego, en 2019 comenzó la prohibición hasta llegar al 2021 con la expulsión de la minería de activos criptográficos.

China esconde su verdadero objetivo 

Toda esta ultra regulación esconde propósitos más oscuros. Es muy evidente que la prohibición no es una cruzada para proteger a los inversores de los “peligros de las criptomonedas”. El verdadero objetivo realmente apunta a un “control total” del flujo de dinero. Además, al Gobierno lo que realmente le interesa es la imposición de su CBDC, el yuan digital, como único activo digital del país.

China tiene dos modelos que cohabitan y confluyen, uno es el totalitarismo político y el otro es un modelo de economía de mercado abierto con fuerte presencia mundial. Bajo la premisa de “Estado socialista con economía de mercado​ dirigido por un único partido”, China quiere mantener el control de todos los factores económicos, algo que es muy difícil en el mercado cripto por su carácter anónimo y libre. 

Al gigante asiático tampoco le interesa el reemplazo del modelo Fiat, de hecho, el yuan digital es para controlar aún más la economía local. La CBDC le permite al Estado rastrear cada transacción, condicionar el gasto ciudadano e, incluso, congelar fondos con un sólo clic. Algo que no puede hacer con Bitcoin. La criptomoneda encarna el polo opuesto y es la referencia mundial de la libertad financiera, la descentralización y la resistencia a la censura.

En sí, la situación es más un conflicto ideológico que vagamente intentan disfrazar de política económica proteccionista. Es libertad vs control, totalitarismo vs democracia, es centralización vs descentralización. China continúa afianzándose como una nación hipercentralizada. Él por ello que el ataque contra Bitcoin es prioridad, el modelo de las criptomonedas en general que evade el control estatal es inaceptable para el régimen chino. 

Se erige una amenaza cuántica 

Beijing no tiene límite legal, el Gobierno asiático se muestra capaz de tomar acciones aún más contundentes que la prohibición total. La criminalización de la tenencia de Bitcoin va acompañada de un anuncio muy preocupante para la industria. China está invirtiendo en herramientas capaces de desmantelar la infraestructura técnica de las criptomonedas.

La noticia que sacudió al mundo tecnológico llegó en abril de este año. Cuando científicos chinos anunciaron que lograron romper una clave RSA de 90 bits usando un ordenador cuántico. Este es un precedente inquietante, sobre todo por las implicaciones que esto tendría para los mercados mundiales. Si bien Bitcoin no usa específicamente la clave RSA, el gobierno chino amenaza con usar esta tecnología para destruir las tenencias criptográficas de sus ciudadanos

Todo pareciera ser todavía muy ciencia ficción; sin embargo, los ordenadores cuánticos ya pueden resolver problemas complejos con una eficiencia inalcanzable para los sistemas clásicos. Muchos analistas ya aseguran que esto acerca aún más el temido “Q-Day” o “el quiebre de la criptografía actual”.

La guerra que se ha desatado entre China y Bitcoin ya está tomando rumbos más devastadores. Si China de verdad ha alcanzado el poder cuántico suficiente podrá generar claves privadas y vaciar carteras enteras, el Mundo Cripto está en grave peligro. Para el Gobierno chino ya no se trata solo de controlar el dinero, sino de decidir quién define las reglas del sistema financiero del futuro.