El robo de electricidad para la minería clandestina de criptomonedas se ha convertido en un grave problema para Asia Central. Han crecido las operaciones ilegales creciendo en Tayikistán y Kazajistán.

Según el fiscal general tayiko, Khabibullo Vokhidzoda, los mineros ilegales causaron pérdidas de $3,52 millones en el primer semestre de 2025. Las autoridades están investigando varios casos penales vinculados a equipos de minería importados ilegalmente.

En la región de Sughd, se incautaron al menos 135 dispositivos mineros en viviendas particulares, con daños estimados en $30.000. Aunque la minería no está prohibida en Tayikistán, el uso fraudulento de energía ha llevado a 190 casos penales este año, involucrando a 3.988 personas y pérdidas totales de $4.26 millones.

Kazajistán también enfrenta una crisis energética por la minería ilegal de Bitcoin

Kazajistán ha intensificado su lucha contra los mineros que roban electricidad. Una investigación conjunta reveló que empleados de empresas energéticas desviaron más de 50 MWh destinados a uso doméstico y comercial, suficiente para abastecer una ciudad de 70.000 habitantes.

El esquema, valorado en $16.5 millones, permitió al líder de la operación adquirir dos apartamentos y cuatro autos, ahora bajo orden de confiscación. A diferencia de China, donde la minería está prohibida, Kazajistán permite la actividad, pero con restricciones: las granjas solo pueden comprar energía del Ministerio de Energía, con un límite de 1 MWh.

Asia Central: un imán para mineros chinos y rusos

La expulsión de mineros de China en 2021 impulsó la migración hacia Kazajistán, donde la energía barata y la regulación laxa atrajeron operaciones a gran escala. Alex de Vries, fundador de Digiconomist, señala que el repunte del precio de Bitcoin podría reactivar esta tendencia.

Pero no solo los mineros chinos están aprovechando el vacío legal. Ari Redbord, de TRM Labs, advierte que actores rusos sancionados están utilizando redes transfronterizas en Kirguistán, Kazajistán y Tayikistán para evadir controles.

¿Pueden las prohibiciones frenar la minería ilegal?

China demostró que, incluso con una prohibición total, la minería persiste. Su participación global en el hash rate de Bitcoin cayó del 50% al 20%, pero operaciones más pequeñas siguen activas.

En Asia Central, la combinación de energía barata, regulación débil y marcos legales ambiguos facilita la minería ilícita. “Es difícil erradicarla por completo”, afirma De Vries. Mientras los precios de Bitcoin sigan siendo altos, la región seguirá en la mira de mineros dispuestos a operar al margen de la ley. 

¿Cuál es el próximo paso?, lo lógico sería incrementar la fiscalización y cooperación regional para evitar el colapso energético y el lavado de dinero a través de criptoactivos.