Donald Trump está aglutinando el apoyo de grandes nombres de la industria criptográfica. Hasta ahora el impulso del apoyo cripto a Trump se ha manifestado en 3.3 millones de dólares en donaciones on-chain. Pero menos del 1% proviene de los llamados “usuarios regulares, comunes o cotidianos”.

Los analistas ya hablan de “unos pocos ricos” cuando se refieren al apoyo criptográfico de Trump. Nuevos informes revelan que, de los aproximadamente 3,3 millones de dólares en criptomonedas donadas a la campaña, solo el  0,3 % de esos fondos provino de donantes comunes. Ninguno de ellos eran o son ejecutivos de alto rango en la industria de las criptomonedas.

Entre los donantes más destacados están los cofundadores de Gemini, Tyler y Cameron Winklevoss. Ambos donaron 2.02 millones de dólares en Bitcoin. Por su parte, Jesse Powell, cofundador de Kraken, donó 845.000 dólares en Ethereum. Mientras que Stuart Alderoty, director jurídico de Ripple, donó 300.000 dólares en XRP.

Hay otras donaciones menos destacadas y de menor aunque significativas cantidades. Por ejemplo, Michael Belshe, CEO de BitGo ha colocado en la campaña  50.000 dólares en BTC y Ryan Selkis, CEO de Messari, envió otros 50.000 dólares en USDC.

 

Trump aún no atrae a los usuarios comunes de Criptomonedas 

El discurso de Trump ha calado en la comunidad criptográfica como “una esperanza para el futuro de la industria”. Sin embargo, el poseedor común aún se muestra cauteloso al enviar sus criptoactivos al centro de donaciones de Donald Trump. Entre esos 0,3% de donantes se encuentra un dueño de una pequeña cadena de pizzerías en Michigan. Él donó unos 943 dólares en bitcoins y otro usuario, está vez un oficial de la Infantería de Marina envío desde California 676 dólares en BTC. 

El total de estas fuentes no industriales equivale a unos 10.000 dólares. Hasta ahora se contabilizan 15 donantes comunes o que no son ejecutivos de empresas centradas en cadenas de bloques. Esto no refleja ni de cerca la masa que rechaza la postura del presidente Biden sobre los activos digitales y es un porcentaje minúsculo entre los millones de votantes centrados en las criptomonedas e indignados por la política regulatoria.

Pero seamos claros, a pesar de la poca ayuda cripto común, la demografía de las donaciones políticas no necesariamente predice los resultados de las elecciones. Un freno a las donaciones en criptomonedas es la política fiscal de los Estados Unidos. La normativa establece que “las donaciones políticas no son deducibles de impuestos, lo que significa que las donaciones en criptomonedas a las campañas políticas están sujetas a impuestos sobre las ganancias de capital”. Esto obliga a los donantes a enviar su aporte en dinero fiduciario en vez de usar sus criptoactivos. 

Los votantes con criptomonedas pueden acudir también a los fondos políticos para apoyar candidatos pro-cripto. Se han creado diversos comités de acción política para las campañas de los candidatos, entre ellos están America PAC, hasta ahora el más recientemente, creado después de ActBlue y WinRed. Todos ellos son procesadores de pagos para candidatos demócratas y republicanos que muestran posturas abiertas al mercado criptográfico. 

Entre todos los PAC’s el más relevante es Fairshake, el cual es financiado casi en su totalidad por grandes empresas estadounidense de criptomonedas, líderes en el mercado, como Coinbase, Ripple y Andreessen Horowitz.