“La realidad política y económica podrían estar frenando la subida de Bitcoin”, al menos así lo consideran varios analistas del mercado. La euforia de hace unas semanas podría haber cesado y estaríamos ante un ambiente de cautela. Para finales de 2024 todo era color de rosa y las predicciones más optimistas nos hablaban de ir a la luna

Con los pasos estos días de enero, que siempre se ha caracterizado por ser un les cauteloso, el panorama ha cambiado notablemente. Los ánimos han cambiado y la incertidumbre se ha ido apoderando de los inversores. Pero, ¿A qué se debe este cambio de humor? 

El cambio en el panorama se debe a varios factores. Principalmente al entorno, a factores externos que escapan al control del mercado cripto. En general la economía global está generando preocupaciones. El fantasma de la inflación sigue rondando y acecha al mercado, esto ha impactado también en el mercado laboral sobrecalentandolo y generando mucha incertidumbre. En medio de todo esto la Reserva Federal parece dispuesta a mantener las tasas de interés altas.

Hay desconfianza en los inversores y esto ha empujado al mercado criptográfico hacia una fuerte corrección. No hay certezas en el escenario macroeconómico y no hay esperanza de ver bajar las tasas, por lo que el flujo de liquidez hacia activos de riesgo se ha ido desvaneciendo en estos primeros días del año

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Tasas, aranceles y Bitcoin

Una subida de aranceles como se tiene prevista para este año puede afectar el consumo. En general un aumento en los aranceles puede beneficiar la producción nacional, hablando de los Estados Unidos, las empresas locales podrán crecer y generar más empleos. Sin embargo, en el corto plazo, los consumidores son los que pagan los platos rotos. ¿Pero por qué sucede esto último?

Para responder esa pregunta debemos hacer referencia a la lógica económica. Es decir, un aumento en los aranceles repercute en los productos encareciendolos. Por consiguiente los productos de empresas locales también se encarecen, aprovechando que no hay competencia y eso eleva los precios en una alta demanda. El alza de los precios alimenta la inflación. 

Ahora, ¿Qué tiene que ver Bitcoin con todo este lío de aranceles, inflación y mercados laborales? La respuesta es mucho más simple de lo que puedan imaginar. Para los que compran y venden criptomonedas esos factores le impactan directamente; es decir, tasas de interés, inflación, desempleo, etc. Un entorno macroeconómico inestable genera miedo, incertidumbre y disminuyendo la esperanza, por ende también el impulso de invertir en activos de alto riesgo

Esto quiere decir que si la economía va mal, si hay incertidumbre y si los precios suben esto afectará en las decisiones de inversión. La preocupación de perder el empleo o de no llegar a fin de mes vuelve aún más cauteloso al inversor, protegiendo su patrimonio de posibles pérdidas innecesarias

Esto quiere decir que Bitcoin ya no está en un mundo aparte. Está cada vez más conectado al mundo real. Y todo lo que pasa en el entorno macroeconómico tarde o temprano, termina afectando a las billeteras digitales.