En un movimiento estratégico, los republicanos de la Cámara de Representantes han embebido una prohibición frontal a cualquier intento de la Reserva Federal de desarrollar o implementar una moneda digital de banco central (CBDC). Han interpuesto una enmienda al proyecto de ley de gasto de defensa (NDAA) para el próximo año fiscal. 

La enmienda, incluida en el HR 3838, busca cerrar definitivamente la puerta a lo que los legisladores denominan una “herramienta de vigilancia” al estilo del Partido Comunista Chino. La disposición, impulsada por el Líder de la Mayoría, Tom Emmer, prohibiría explícitamente a la Fed probar o lanzar una CBDC bajo cualquier modalidad. 

Los temores son sin duda justificados. Las CBDC son dinero programable controlado por el Estado. Una vez que cada transacción se procesa en un libro de contabilidad estatal, la privacidad desaparece por defecto, y la pregunta no es si se abusa de ella, sino cuándo.

Tom Emmer, Líder de la Mayoría de la Cámara de Representantes.

Sin embargo, deja un resquicio crucial: exceptúa expresamente a “cualquier moneda denominada en dólares que sea abierta, sin permisos y privada”. Salvaguardando así el desarrollo de stablecoins y criptodólares que respeten la privacidad.

“Adjuntar nuestra Ley de Vigilancia Estatal Anti-CBDC garantiza que burócratas no electos NUNCA puedan intercambiar la privacidad financiera de los estadounidenses por una herramienta de vigilancia”, declaró Emmer. Sus declaraciones reflejan la postura mayoritaria de su partido.

Estados Unidos debate sobre la prohibición de la CBDC

La iniciativa contrasta radicalmente con la tendencia global. Mientras Estados Unidos debate la prohibición, 137 países, frente a solo 35 en 2020, exploran activamente sus propias CBDC, con 72 ya en etapas avanzadas, según el Atlantic Council. La orden ejecutiva de Donald Trump a principios de año para paralizar las CBDC minoristas consolidó esta postura aislacionista en materia de dinero digital soberano.

El sector bancario tradicional apoya la medida. La Asociación Americana de Banqueros (ABA) argumenta que una CBDC federal “alteraría fundamentalmente la relación entre los ciudadanos y la Fed”. Esto socavaría el rol crediticio de los bancos y exacerbaría crisis de liquidez.

Es totalmente posible crear una CBDC abierta, sin necesidad de permisos y con las mismas protecciones de privacidad que el efectivo. Eso requiere privacidad desde el diseño y por defecto, límites estrictos en la recopilación de datos y funcionalidad sin conexión para pagos pequeños.

Declaraciones de un portavoz de la empresa Finance Watch.

No obstante, la batalla ideológica está servida. Para defensores de la privacidad como Nanak Nihal Khalsa, cofundador de Holonym, la prohibición abre la puerta a “alternativas abiertas y sin permiso que preserven la privacidad”. Por el contrario, organismos europeos como Finance Watch sostienen que el debate no debería ser sobre el concepto de CBDC, sino sobre su diseño. “¿Debería el dinero ser gestionado por empresas privadas o emitido por el banco central, como el efectivo?”, se preguntan en la empresa.

La enmienda deberá ahora navegar el proceso legislativo en el Senado, donde se reintrodujo recientemente una versión similar. El resultado definirá no solo el futuro del dólar digital, sino también la pugna entre la privacidad financiera y la soberanía monetaria en la era digital.