Lo más relevante:

  • Donald Trump ha demandado a The New York Times (NYT) por difamación y calumnias, exigiendo una compensación de 15.000 millones de dólares por daños a su reputación e intereses comerciales. A través de su red Truth Social, acusó al periódico de actuar como un “portavoz virtual” del Partido Demócrata, especialmente por artículos que lo vinculaban con Jeffrey Epstein. La demanda de 87 páginas argumenta que estas publicaciones perjudicaron gravemente sus negocios, incluido el token oficial $TRUMP.
  • Entre los proyectos afectados, la demanda destaca la memecoin $TRUMP, lanzada en Solana, que experimentó una volatilidad extrema: se disparó de 7 a 75 dólares y luego colapsó a 8,61 dólares. La controversia se centra en la distribución del token, donde solo el 10% se destinó a la oferta pública inicial, mientras que el 80% restante está controlado por los creadores y sujeto a un desbloqueo gradual, generando dudas sobre presión vendedora futura. Este litigio sin precedentes coloca a una criptomoneda en el centro de un debate legal y financiero, destacando la creciente intersección entre política, medios y criptoactivos.

Trump Demanda a The New York Times por Daños a la Reputación y su Memecoin

Donald Trump ha presentado una demanda por difamación y calumnias contra The New York Times, en un movimiento legal agresivo que ha captado la atención inmediata de los mercados financieros y de cripto. El presidente, a través de una publicación en su red social Truth Social, acusó al periódico de actuar como un “portavoz virtual” del Partido Demócrata y exige una compensación de 15.000 millones de dólares por daños

Trump exige a través de la demanda una indemnización punitiva adicional por un monto aún por determinar, pero exorbitante. Esta acción legal surge tras una serie de artículos publicados por el Times que vinculaban a Trump con el fallecido financiero Jeffrey Epstein. Dichos artículos, según la demanda de 87 páginas, han perjudicado gravemente su reputación y sus intereses comerciales.

Los artículos del Times cuestionaron el aspecto ético de las operaciones comerciales. Destacando el interés financiero directo de Trump y su familia en los cripto activos como el token $TRUMP, cuyo valor se infló rápidamente en el período previo a la investidura, un evento de máxima exposición pública.

La ofensiva del New York Times pudo haber afectado el desempeño del token $TRUMP

Entre los proyectos comerciales afectados, la demanda menciona específicamente a Truth Social y a Official Trump (TRUMP), la memecoin oficial lanzada en la red Solana. El token, emitido justo antes de la asunción presidencial, experimentó una volatilidad extrema, disparándose de 7 a 75 dólares para luego colapsar a su valor actual cercano a los 8,61 dólares. La distribución del suministro del token TRUMP se ha convertido en un punto central de la controversia. 

Según los datos disponibles, solo el 10% del suministro total de mil millones de tokens estaba destinado a la oferta pública inicial. En el lanzamiento, se liberaron 200 millones de tokens (20%), con otro 10% asignado a exchanges para proveer liquidez

El 80% restante, controlado por los creadores y la entidad CIC Digital Group, está sujeto a un plan de desbloqueo gradual, lo que genera interrogantes sobre la potencial presión vendedora futura y la estructura de gobernanza del activo digital

Este litigio sitúa a una memecoin presidencial en el centro de un debate legal y financiero sin precedentes, con implicaciones para la intersección entre la política, los medios y los mercados de criptoactivos.

La crítica del New York Times a Trump

Donald Trump ha intensificado su batalla legal contra The New York Times, ahora en respuesta a un artículo que destaca una cena privada exclusiva para los 220 principales tenedores de su memecoin, TRUMP. El informe del Times calificó el evento como el último movimiento de su familia para capitalizar financieramente el auge de las criptomonedas.

Esto ha alimentado el “fuego judicial” en esta disputa legal. La cena se llevó a cabo el pasado mes de abril y los analistas afirman que el evento actuó como un catalizador inmediato para el precio del token. Impulsando el token más de un 60% en un claro ejemplo de cómo los eventos especulativos pueden inflamar el mercado de criptoactivos en horas.

La reacción del mercado subraya una tendencia preocupante: los inversores adquirieron apresuradamente el token con el principal objetivo de asegurar un acceso exclusivo, no basándose en fundamentos técnicos o de utilidad. Este comportamiento genera una volatilidad extrema y aumenta drásticamente el riesgo de pérdidas abruptas, particularmente una vez que el evento concluye y el interés artificial se desvanece.

Opacidad regulatoria

Los tokens vinculados a incentivos temporales como este suelen experimentar bombeos artificiales que carecen por completo de sostenibilidad a largo plazo, dejando a los inversores tardíos en una posición de enorme exposición al riesgo. Además, el análisis del NYT plantea serias interrogantes sobre el potencial uso de información privilegiada

Es plausible que actores cercanos al proyecto tuvieran conocimiento anticipado de los detalles de la cena o de la mecánica de distribución de tokens. Esto permite acumular posiciones antes del anuncio público y obtener beneficios desproporcionados a expensas de los inversionistas minoristas

Esta opacidad es un recordatorio de los vacíos regulatorios que aún persisten en el espacio de los activos digitales. Donde la manipulación de precios mediante noticias planificadas sigue siendo una amenaza latente.

La demanda

Queda ahora en manos del sistema judicial determinar si las publicaciones del Times causaron un daño real al proyecto de Trump. Puede ser también que el token simplemente no logró generar un entusiasmo orgánico en el mercado debido a su falta de utilidad tangible y a un modelo económico cuestionable. 

Esta demanda no solo desafía los límites de la libertad de prensa, sino que también somete a escrutinio la misma naturaleza de un activo digital emitido bajo la órbita de una figura política en ejercicio. El resultado sentará un precedente crítico para la intersección entre medios, criptomonedas y el poder político.

Hace aproximadamente una semana, bajo razones que inicialmente parecían opacas, Donald Trump amenazó con emprender acciones legales contra The New York Times. Ahora ha quedado claro que el presidente no estaba bromeando. Según un informe exclusivo de NBC News, el mandatario ha presentado formalmente una demanda federal por difamación en su contra del prestigioso periódico. La demanda incluye a cuatro de reporteros y a empresa editorial. “Penguin Random House”

Trump vs NYT en los tribunales

La acción judicial, interpuesta en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Medio de Florida, jurisdicción que incluye la residencia personal de Trump fuera de la Casa Blanca, alega que la cobertura del Times sobre su campaña electoral de 2024 buscaba deliberadamente dañar su reputación como empresario. Además de sabotear sus prospectos electorales y predisponer a jueces y jurados en casos pendientes en su contra.

La demanda, que algunos analistas jurídicos ya califican como extraordinariamente ambiciosa, solicita una compensación de 15.000 millones de dólares en daños compensatorios, cifra que no es error tipográfico. Junto con una indemnización punitiva adicional cuyo monto aún no se ha cuantificado. 

La respuesta mediática de Trump

Entre los acusados en la demanda de Trump figuran periodistas de renombre como Susanne Craig, Peter Baker y Michael Schmidt. Estos reporteros han colaborado previamente como analistas en medios como MSNBC o NBC News, lo que añade una capa adicional de tensión mediática al caso.

En un extenso mensaje de 232 palabras publicado en su plataforma Truth Social, Trump arremetió contra el Times, describiéndolo como: “uno de los periódicos más nefastos y degenerados de la historia de nuestro país”. Además, los acusa de emplear “un método de décadas para mentir sobre su presidente favorito (¡YO!)”

Aunque la retórica es consistente con su estilo confrontacional, observadores legales señalan que el tono podría no servirle favorablemente en un tribunal. De hecho, algunos analistas, como el escritor Jesse Berney, han minimizado la seriedad de la demanda, llegando a calificarla como “una publicación de 85 páginas al estilo de Truth Social” y destacando su carácter casi anecdótico más que jurídico. 

El caso, no obstante, podría sentar precedentes significativos en la intersección entre libertad de prensa, difamación y la creciente tendencia de figuras públicas a utilizar demandas como herramienta de disputa mediática.