El Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos acusa a un australiano y dos estadounidenses ​​de orquestar una estafa de criptomonedas por valor de 1.900 millones de dólares. El scam está basado en una supuesta plataforma DeFi, HyperFund. 

Los documentos del DOJ muestran que el ciudadano australiano Sam Lee de cofundar HyperFund y a Rodney Burton y Brenda Chunga de promoverlo, defraudando juntos a los inversores. Entre todos, han logrado sustraer 1.890 millones de dólares, afirmando que los rendimientos de las inversiones provendrían de “operaciones mineras de criptomonedas”, las cuales eran inexistentes. 

El nivel de presunto fraude aquí es asombroso. Ya sea un fraude con criptomonedas o cualquier otro fraude financiero, si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. 

Erek L. Barron, fiscal federal para el distrito de Maryland

La estafa se mantuvo desde junio de 2020 hasta noviembre de 2022, según la documentación judicial. El trío de estafadores ofreció y vendió contratos de inversión al público a través de HyperFund. Incluidas “membresías” de HyperFund que otorgaban a los inversores entre 0,5% y 1% diario en bonos pasivos.

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La estafa ofrecía falsas recompensas 

Según el Departamento de Justicia, la empresa o plataforma utilizada para la estafa ofreció “membresías” de HyperFund que otorgaban a los inversores entre 0,5% y 1% diario en bonos pasivos. También abusaron de los inversores ofreciendo falsas recompensas que luego la empresa duplicó o triplicó, superando la inversión inicial del inversor.

HyperFund, la plataforma usada para la estafa, afirmaba que los pagos se desembolsarían parcialmente con los ingresos de las operaciones de criptominería a gran escala. Pero esta operación minera simplemente no existía. En julio de 2021, dijo el DOJ, HyperFund comenzó a bloquear los retiros de los inversores.

Lee y Chunga han sido acusados de conspiración para cometer fraude de valores y transferencias electrónicas. De igual manera, Burton está acusado de dirigir un negocio de transmisión de dinero sin licencia. Chunga se declaró culpable y todo el trío enfrenta una sentencia máxima de cinco años en una prisión federal.