Las monedas digitales de los bancos centrales o CBDC se han convertido en un gran tema de discusión entre políticos y analistas. Los más reacios a su implementación opinan que los Gobiernos pueden usarlas para rastrear los datos, restringir los movimientos y controlar la vida de los ciudadanos.

En el mundo financiero se han convertido en un tema destacado, en él muchos analistas ven el lado positivo, en cuanto a ofrecer mayor estabilidad, seguridad, eficiencia y reducción de la corrupción. Grandes entidades financieras intergubernamentales como el Fondo Monetario Internacional, el Foro Económico Mundial y el Banco Mundial las ven como una panacea.

Para los bancos centrales y estas entidades, las CBDC vienen a arreglar todo lo que pueda estar torcido en el sistema financiero global. Desafortunadamente, esa afirmación no coincide con la realidad. 

Hay dos características de las monedas digitales de los bancos centrales que sus defensores no suelen mencionar. En primer lugar, dejan un rastro eterno de datos sobre cómo los ciudadanos gastan su dinero. En segundo lugar, su “programabilidad” permite a los líderes políticos tener la capacidad de dictar si se está permitido o no gastar el dinero.

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Las CBDC pueden ser usadas como herramienta de control

Uno de los aspectos negativos en las monedas de curso legal electrónica emitidas directamente por los bancos centrales es la identidad. Las wallets y CBDC de los bancos centrales no son anónimas. Los usuarios pasarán por un proceso de identificación que coinciden con los que imponen actualmente los bancos comerciales. 

El diseño puede cambiar en detalles, pero los bancos comerciales, el banco central o ambos podrán saber siempre quién posee la moneda fiduciaria emitida digitalmente. Los bancos centrales tendrán todo el control, podrán ver quién y cuanto gasta o transfiere un usuario

Además de esto, el sistema permitirá a los bancos centrales armar un libro de contabilidad que contenga las transacciones financieras de cada ciudadano. Por otro lado, los defensores desestiman estas preocupaciones. Pero para los Gobiernos serán mecanismos de control para saber todo de los ciudadanos, sus afiliaciones políticas, las donaciones religiosas, la salud mental y otros detalles personales.

Otro detalle no menos importante será la pertenencia o posesión. El hecho de que las CBDC sean “efectivo electrónico” mantenido en el banco central cambia rotundamente el vínculo con el dinero. Si bien somos propietarios y poseedores de las monedas y billetes con el dinero digital nunca será poseedor, será efectivo manejado por el banco a nuestro nombre.